Viernes, 11
de Julio de 2014
Traducción
de Jorge A. Soler Sanz
No
todos los movimientos secesionistas son creados por igual, pues algunas
regiones separatistas son más económicamente dependientes que otras. En el
caso de Venecia y su región, el
secesionismo parece plausible en el medio y largo plazo debido a la gran trayectoria
económica de éxito de esta ciudad en la historia, su independencia política y
su posición actual como la región más rica de Italia.
La
gente se ríe de Tejas cuando dejan caer su deseo de formar su propia república
(de nuevo), pero la verdad es que, desde un punto de vista económico, Tejas se
las podría arreglar de maravilla por su cuenta. Ya se trata de una región que
paga impuestos netos, lo que significa que paga más al gobierno central de lo
que ella misma recibe a cambio (un poco como en el caso de Venecia y el
gobierno italiano) El secesionismo aquí significa que ésta se quedaría con
mayores cantidades de su propio dinero.
También
puede decirse algo similar del País Vasco y Cataluña en España, que constituyen
las regiones más prósperas y saludables de entre todas las regiones.
Si
los puntos económicos comentados por muchos críticos sobre la secesión escocesa
son correctos, sin embargo, entonces la situación con Escocia parece ser
diferente.
En
una editorial sin firmar, The Economist
opina que:
En
lo económico, los nacionalistas dicen que los escoceses estarán unas mil libras
en mejor situación por cabeza si se separan. Ese número, sin embargo, se basa
en supuestos poco plausibles sobre el precio del petróleo, el peso de su deuda,
su demografía y productividad. El gobierno británico estima que los escoceses podrían
estar unas 1400 libras al año en mejor situación si se quedan en sus bases con
supuestos más realistas. La población de Escocia se encuentra más vieja y
enferma que el resto del país por término medio, situándose su productividad un
11% por debajo del resto del Reino Unido. Como resultado, por término medio el
estado gasta unas 1200 libras más por cabeza en Escocia que en el resto del
país. En función de qué pase con el precio del petróleo, la North Sea Oil
podría más o menos cubrir esos gastos en
el corto plazo, pero este combustible se está acabando
Es
posible, por supuesto, que la independencia cure a Escocia de su cultura de
subsidios y ésta ponga en marcha su lado comercial y para los negocios. Si
cualquiera de sus dos partidos mayoritarios (el SNP y los laboristas) fueran
discípulos de Adam Smith, eso sería posible. Sin embargo, lo más probable es que
su filosofía estatista haga que los managers de los fondos de inversión, los ingenieros
de los servicios petroleros de Aberdeen y otros escoceses de talento emigren al
sur. La independencia también impondría un nuevo gasto: una Escocia independiente
se vería obligado a financiar su propio ejército, su propio estado del
bienestar, una nueva moneda y otras muchas cosas más.
Si
en verdad es cierto que Escocia recibe ingresos netos de las arcas del estado,
entonces la secesión parece algo mucho menos probable. Los votantes, y
especialmente los más viejos, a menudo saben quiénes son los que les untan, y
votan teniendo esto en cuenta.
Todo
este asunto sirve como una buena ilustración del uso político del estado del
bienestar. En el pasado, los estados solían confiar en los ejércitos de
conquista para poder mantener su control territorial. Hoy por hoy, muchos
estados ya se han dado cuenta de que pueden comprar un monopolio de estado en
una región y también a los contribuyentes por medio de prometer a la población
cosas gratis. Puede que se haya convencido a los contribuyentes de las regiones
más ricas de que sigan haciendo circular su capital, pero el territorio añadido
con sus votantes a favor del estado del bienestar proporciona una bonita base
de apoyo para el gobierno central.
El
estar relativamente atrasado en lo económico no siempre previene los
separatismos, por supuesto. Los primeros EEUU de la era de los 1770 estaban
económicamente atrasados (si bien disfrutaban de un gran nivel de vida para la
época), e Irlanda se separó del Reino Unido pese a su pobreza. Quizás Escocia
pueda vivir de su petróleo, tal y como muchos defensores del separatismo
sugieren, pero la costumbre de vivir confortablemente podría tornarse un hábito
ciertamente difícil de superar.
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